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Writer's picturePaul Mirande

PRESENTACION DEL 25 DE MAYO 2022 EN EL MUSEO PUMAPUNGO (Cuenca, Ecuador) DE “LA CONCHA Y EL YATE”

Updated: Sep 19, 2022

Queridos amigos,


No les voy a develar la historia contada en “La concha y el yate” misma, pero sí les voy a hablar sobre su génesis y sobre su autor, Paul Mirande.

Para comenzar, les voy a aclarar tres cosas que considero fundamentales.

No soy un autor latinoamericano pero América Latina se adueñó de mi.

Escribí un libro que de algún modo se puede llamar político aunque el papel más importante lo tiene la cultura.

Escribí una ficción aunque el cuadro en el cual se desarrolla es histórico.


No soy un autor latinoamericano pero América Latina se adueñó de mi.


Yo soy un autor europeo, nacido y viviendo en la capital de Europa, Bruselas, escribiendo en neerlandés y en francés. Para darles una idea, la cantidad de gente que habla el neerlandés – más de veinte millones – supera apenas la población de la Ciudad de México y de São Paulo. La gente en el mundo que habla francés, en cambio, reúne alrededor de novecientos millones de individuos.

Acabo de publicar un libro que se desarrolla, con la excepción de algunos capítulos que se pasan en Rio de Janeiro, en Bruselas entre 1981 y 1989. El título es “Fiebre del milenio (1991)”. Se refiere a la fiebre ante del mítico año dos mil.

Es un fresco de los años ochenta con tema principal la pena de muerte, que en Bélgica todavía existía en esa epoca aunque ya no se aplicaba.

Es precisamente en esta década, entre 1982 y 1992, que conocí más a fondo a América Latina.

En 1982, después de mis estudios de derecho, hice un recorrido de siete meses por América Latina. Más tarde me enteré que, exactamente treinta años antes, es decir en 1952, ‘Che’ Guevara hizo un recorrido similar que también duró siete meses y que fue el tema de “Diarios de la motocicleta”.

Concretamente, pasé tres meses en Rio de Janeiro, en la época de la dictadura militar y de la guerra de las Malvinas que los brasileños tachaban irónicamente de argentinada.

En La Paz, presencié las protestas populares contra el dictador militar Celso Torrelio. En Lima, el Sendero Luminoso todavía provocaba apagones y pasé un mes entero en Quito, en un hostal de la calle Chile, que fue uno de los meses más felices de mi vida. Era la época del presidente Osvaldo Hurtado.

Pasé rápidamente por Medellín, Panamá y San José de Costa Rica. Allí en San José tomé el avión a la Ciudad de México de donde acompañé una pareja que no sabía español en su viaje de bodas a Chiapas, Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua.

No les voy a contar lo que encontramos en este viaje : teólogos de la liberación pero también responsables de escuadrones de la muerte, sandinistas pero también mercenarios financiados por Washington llamados “contras”. No les voy a contar pues mi próximo libro, “Sálvese quien pueda” describe este período.

Lo único que les puedo decir es que pasamos los únicos días tranquilos al borde del Pacífico en un lugar en la costa nicaragüense llamado El Velero, donde en la misma época pasaba algún tiempo Julio Cortázar, que no conocía en absoluto en esta época. Cortázar habla de esta estadía en su libro Nicaragua, tan violentamente dulce. Era julio de 1982. ¡ Qué cambio con la Nicaragua actual ¡

Regresando a Bruselas, empecé una carrera de abogado que me llevó dos años más tarde, en 1984, a conocer un refugiado chileno que en el momento del golpe de 1973 que derrocó a Salvador Allende era embajador de Chile frente a la Comunidad europea. Había sido subsecretario de vivienda en el gobierno de la Unidad popular. Todavía somos amigos. Va por los 93 años y pienso visitarle una última vez en Santiago en septiembre. Se llama Marcos Álvarez García. En el 1983, cuando todavía no lo conocía, Marcos Álvarez organizó en el Centro de Estudios de América Latina un coloquio sobre la literatura latinoamericana a la cual participó también Julio Cortázar, residente en Paris. Recientemente compré en internet un último ejemplar del libro sacado de este coloquio. Su titulo en francés era : Fiction ou réalité : la littérature latino-américaine. Hay que saber que Cortázar nació en Bruselas en agosto de 1914, cuando los alemanes invadieron a Bélgica.

Así que, en dos ocasiones, una en 1982 en Nicaragua y otra en 1983 en Bélgica hubiera podido encontrar a ese gigante del boom latinoamericano pero no se hizo. Cortázar moriría poco después, en 1984 a los 69 años de edad.

En el año 1984 introduje el embajador nicaragüense del gobierno sandinista para una conferencia, actué como interprete para las dos presidentas de las Madres de la Plaza de Mayo y fui reclutado por Marcos Álvarez como investigador en el Centro de Estudios de América Latina de la Universidad libre de Bruselas. Mis dos temas principales eran la dictadura en Chile y los conflictos armados en América Central.

En 1986 hice un viaje en Chile donde el general Pinochet acababa de escapar a un atentado, festejaba sus trece años de dictadura y sus setenta y un años de edad. Por casualidad, le vi aparecer en la plaza de la Constitución. Hay que saber que Pinochet al final de los años cincuenta – en la época en que se preparaba la Revolución cubana – enseñaba en la Academia militar del Ecuador. El ejército ecuatoriano lo condecoró en los años noventa cuando Rodrigo Borja era presidente. Se enamoró también de una música ecuatoriana, pero el divorcio no existía en Chile y si se divorciaba ya no hubiera tenido carrera militar. ¡ Ojalá se hubiera quedado en el Ecuador, la historia quizá hubiera sido muy distinta ¡

En 1989 hice un viaje profesional en el Perú, Venezuela y Cuba, poco después de que el general Arnaldo Ochoa, el Héroe de la Revolución, fue ejecutado por supuesto tráfico de drogas.

Por fin, en 1992, el año del quinto centenario de los que los unos llaman el descubrimiento de América y otros el encuentro de dos mundos, conocí en el parque Calderón, también conocido como plaza Luis Vargas Torres, frente a la Casa de la Cultura a mi esposa Maria Soledad. Por casualidad, me enteré que este museo se inauguró el 30 de julio de 1992, es decir apenas dos días antes de mi encuentro con María.

A partir de ese momento, el Ecuador volvió a ser mi segunda patria. O como lo dice más sencillamente mi esposa : Cuenca te atropó.

En esa década de los ochenta vivía así en dos mundos paralelos : Europa occidental por un lado y América Latina por otro.

Me casé en Cuenca en 1993, en el mes en que ocurrió la catástrofe de la Josefina.

En 1995 nació en Bruselas nuestro hijo Paúl, producto del encuentro de dos mundos.

Repito : no soy un autor latinoamericano – pues escribo ficción en neerlandés y en francés pero no en español – pero es así que América Latina llegó a ser mi patria de corazón.


Escribí un libro que de algún modo se puede llamar politico aunque el papel más importante lo tiene la cultura.


Cuando se escribe sobre Chile y Cuba en los años ochenta y noventa del siglo veinte, resulta casi imposible no tratar de política. Además, dando como subtitulo crónica de un revolucionario, no se puede escapar al tema político. Pero insisto : el papel más importante, lo tiene la cultura. Yo aprendí el español a los 19 años, es decir relativamente tardío. En el año 1977, dos años después de la muerte de Franco, recibí mis primeras clases en Málaga, en un edificio al lado de la casa natal de Pablo Picasso. En ese entonces no sabía nada de la cultura española ni latinoamericana a pesar de que tengo el mismo apellido que Fray Jodoco Rique, el constructor del convento de San Francisco en Quito, y que en “Cien años de soledad” aparece al último un flamenco llamado Gastón, el marido de Amaranta Ursula, la ultima de la estirpe de los Buendía que fue educada por las monjas en mi ciudad natal Bruselas.

Federico Nietzsche dice en algún aforismo – del cual redactó muchos – que la cultura es pobre cuando la política impera pero que se vuelve rica cuando la política tiene un papel secundario. Nietzsche se refería a la Grecia antigua, pero se puede aplicar a cualquier época.

Aplicando eso a la vida de un revolucionario – en la cual la política tiene el papel más importante – quise sin embargo que mi novela sea un homenaje a dos escritores destacados del siglo veinte. Tan destacados además que se les otorgó el Premio Nobel de Literatura, Ernest Hemingway en 1954 y Pablo Neruda en 1971. Dicho de paso, mi amigo Marcos Alvarez era embajador en Bruselas cuando Neruda lo fue en Paris. Esos dos escritores, Hemingway y Neruda, dos amantes del mar, forman parte de una generación nacida justo antes o después del año 1900. No hay que ser comunista para apreciar la poesía de Neruda ni amante de la corrida de toros para apreciar la prosa de Hemingway. Eso es la libertad que otorga la cultura y que no permite la política.

No diré nada más que repetir la observación de Nietzsche : la cultura es más rica cuando la política tiene un papel secundario y en una dictadura, como las que describo al paso, la política lo define lamentablemente todo. En “La concha y el yate” inserté un capitulo en el cual se queman en el puerto de Valparaíso quince mil ejemplares de un libro de Gabriel García Márquez, La aventura de Miguel Littín clandestino en Chile. Los otros libros de Gabo estaban a la venta. Con este libro rompió su promesa de ya no escribir ni una sola línea mientras Pinochet este en el poder en Chile. A continuación se leerá este capitulo como tercer fragmento.


Escribí una ficción aunque el cuadro en el cual se desarrolla es histórico.


Como investigador, se suponía que todo lo que escribía era real y no ficticio. Y en efecto, he escrito una cantidad de artículos y presentado una cantidad de conferencias durante cinco años en La Haya, Paris o Madrid, que tenían que conformarse a estándares académicos. Pero soy de esos individuos que consideran que la realidad sólo se puede captar y desvelar en la ficción. Repito : La realidad se hace más visible gracias a la ficción. O al revés : La realidad sin la ficción nos es largamente invisible. La razón es muy simple : sólo en la ficción existe la posibilidad de decir la verdad – o mejor dicho su verdad – sin perder su libertad. O dicho de otro modo : la ficción permite describir la realidad con total libertad. Libertad del escritor de imaginar y libertad del lector de aceptar o no la realidad que se le presenta. La libertad es en esencia total pero en mi caso yo pensé que la ficción de un hijo del asesino del Che queriendo seguir los pasos del Che sería más convincente si en su vida se le habían presentado hechos históricos reales.

Macondo siempre me apareció muchas veces más real aunque es una ficción que todos los artículos académicos que hubiera podido leer sobre los cien años descritos por García Márquez.

Claro que la ficción puede inventarse otra realidad. No tiene en absoluto la obligación de tener algo de realismo. Pero en el caso de esta crónica de un revolucionario la realidad no contada también continúa a aparecer como ficticia.

A final de cuentas, más allá de la discusión sobre la ficción y la realidad, hay algo que a mi personalmente me interesa todavía más que los hechos históricos. Es lo que yo llamo la historia detrás de la historia.

¿ Qué significa para mi esa expresión la historia detrás de la historia ¿

No significa lo que en otros tiempos se llamaba la moraleja de la historia, o sea la enseñanza que se pueda sacar de lo contado. Las fabulas de La Fontaine, por ejemplo, todas tenían al último un especie de moraleja. En la literatura moderna o posmoderna no hay tal cosa. Pues la historia de la historia es muy a menudo lo que dice un personaje en el Hamlet de Shakespeare : La vida es un cuento, contado por un idiota, lleno de ruido y de furia, que no tiene sentido.

La literatura no es una copia de la vida. Para mi, es una señal de vida, no la vida misma. En Robinson Crusoë, por ejemplo, Robinson piensa estar completamente sólo hasta que ve huellas de un pie humano en la playa. Al principio, Robinson tiene miedo de que un caníbal este cerca, pero a final de cuentas hará la paz con el llamado Viernes. La literatura es como esos pasos en la playa : se puede interpretar como algo horroroso o al contrario como algo que invita a ver más allá de sus narices.

Así que la literatura es, para el escritor como para el lector, una aventura de los que buscan sentido en lo aparentemente sinsentido. Esta aventura es del dominio de la libertad : el lector tiene que descubrir lo que para él tiene sentido en lo aparentemente absurdo, el escritor sólo le puede enseñar algunas vías posibles.


INTERVENCIÓN DE FELIPE ALBORNOZ DEL 25 DE MAYO DE 2022


LEER A PAUL MIRANDE, HABLAR Y CRUZAR IDEAS CON ÉL, SIN DUDA REPRESENTA UN RETO BASTANTE DIFÍCIL, PRIMERO PORQUE ESTAMOS FRENTE AUN HOMBRE DE UNA INTELIGENCIA PUZANTE, DE UNA CULTURA VASTA, DE UN RAZONAMIENTO LÚCIDO, DUEÑO DE UNA HONESTIDAD INTELECTUAL A TODA PRUEBA Y DE UNA EXQUISITA SENSIBILIDAD; Y LUEGO, PORQUE GENERALEMENTE SUS IDEAS QUIZÁS SIN PRETENDERLO INCONSCIENTEMENTE NOS CUESTIONAN Y NOS OBLIGAN A QUE NUESTRAS RESPUESTAS SEAN COHERENTES Y POR LO MENOS ALGO PROFUNDAS.

NUESTRO ESCRITOR, UN ABOGADO PREOCUPADO POR EL RESPETO DE LOS DERECHOS HUMANOS, SIENDO SU CENTRO DE INQUIETUD EL PROCESO HUMANISTA, MISMO QUE EMPEZÓ CON UNO DE SUS FILÓSOFOS PREFERIDOS, FEDERICO NIETZSCHE Y LA METAFISICA VITALISTA, CRÍTICO DEL STATUS QUO MUNDIAL, EL AUTOR HA SIDO UN VIAJERO ENTUASIASTA Y EN SUS PERIPLOS HA PENETRADO LA ESENCIA HISTÓRICA DE LOS PUEBLOS, POR ELLO ES UN CONOCEDOR E INVESTIGADOR SOBRE TODO DE LA REALIDAD POLÍTICA POR DEMÁS LACERANTE DE BUENA PARTE DE NUESTRA AMÉRICA LATINA. ESCRIBE CON SOLVENCIA SOBRE ELLA, RETRATA Y NARRA EN SUS LIBROS, DISCURSOS Y CONVERSACIONES LA BELLEZA NATURAL DE SUS PAISAJES Y ADMIRA LA RIQUEZA CULTURAL DE SU GENTE, SE ENTUSIASMA CON SUS ESCRITORES MÁS REPRESENTATIVOS, PERO SABE TAMBIÉN CON MUCHO DETALLE DE SUS PROBLEMAS POLÍTICOS, QUE HAN HECHO QUE SUS SOCIEDADES SEAN VIOLENTAS Y CONVULSAS, POBRES E INGORANTES, EN DONDE LA DEMAGOGIA, EL MILITARISMO, EL POPULISMO, EL IMPERIALISMO, EL SECTARISMO, LA INJUSTICIA, EL NARCOTRAFICO, LAS GUERRILLAS, HAN HECHO DRAMÁTICA MELLA SIN COMPASIÓN NI RUBOR, CON ÉLITES INSENSIBLES, QUE SE APOLTRONAN EN SUS TORRES DE MARFIL MIENTRAS UNA AVALANCHA DE ESTIÉRCOL Y SANGRE BATE SUS MUROS.

SABE DE SUS LIDERES MESIANICOS, DE SUS AUTÓCRATAS Y DICTADORES MEDIOCRES, SABE DE SU CLASE POLÍTICA, LA MAYORIA DE ELLA POCO FORMADA, AMBICIOSA, TANTAS VECES INÚTIL, PREJUCIOSA. DE SUS MOVIMIENTOS DE LIBERACIÓN QUE EMPEZARON COMO IDEALISTAS Y QUE TERMINARON SIENDO IGUALES O PEORES QUE LOS MONSTRUOS CONTRA LOS QUE LUCHARON. SABE DE LOS PASAJES DE LA VERDADERA LUCHA REVOLUCIONARIA, DE ESAS CRUENTAS SEUDO REVOLUCIONES, MUCHAS DE ELLAS FRACASADAS, SABE DE SU JUVENTUD, SEDIENTA DE MITOS, DE REBELDIA, DE LIBERTAD, JUVENTUD CUYOS DIRGENTES CONSTRUYERON Y CONSTRUYEN SISTEMAS IDEOLOGICOS Y MENTALES, CASI ENCANTADOS, DE POCA CLARIDAD Y COHERENCIA DONDE CABEN EN LA MISMA CALDERA HIRVIENTE LA IDEAS DE LENIN Y BAKUNIN, DEL CHE Y KRUSCHEV.

MIRANDE ES UN NARRADOR Y RETRATADOR MUY HÁBIL DE LOS PERSONAJES DE NUESTRA AMÉRICA Y LOS ENSAMBLA CON SOLVENCIA EN SU LIBRO QUE HOY NOS PRESENTA “LA CONCHA Y EL YATE”; Y LO HACE EN LA HUMANA DUALIDAD DE CADA UNO DE ELLOS Y LOS MATIZA, CON SUS LUCES Y SUS SOMBRAS, EN SUS VICIOS Y VIRTUDES, EN SUS PASIONES Y RAZONES. Y ME HAN HECHO RECREAR EN MI MENTE REALIDADES Y FANTASIAS SOBRE ELLOS: A UN CHE GEVARA CON SU HUMANISMO IDEALISTA Y REVOLUCIONARIO DISPUESTO CON ESAS MISMAS MANOS CORTAS EN LA HIGUERA A FUSILAR A UN HOMOSEXUAL O DISIDENTE, O ESA POETA ENTRAÑABLE QUE NOS REGALÓ “VEINTE POEMAS DE AMOR Y UNA CANCION DESESPERADA” NEGÁNDOLE LA PROTECCIÓN Y TERNURA A SU HIJA HIDROCEFÁLICA MALVA MARINA , O A UN COMANDANTE FIDEL QUE LUCHÓ POR LA LIBERACIÓN DE SU CUBA AMADA, QUE NO CREIA EN EMPERADORES NI DINASTIAS, PERO QUE SE CREÓ UNA DE MÁS 50 AÑOS Y QUE JUSTIFICÓ LOS MEDIOS PARA LOS FINES DE SU REVOLUCIÓN. A UN SALVADOR ALLENDE SOCIALISTA Y MASÓN, QUE IMAGINÓ SU REVOLUCIÓN SIN ARMAS PERO SI CON VINO Y EMPANADAS. A UN PINOCHET QUE TUVO LA AUDACIA DE BOMBARDEAR LA MÓNEDA PARA LIBERAR A CHILE DE LO QUE ÉL CREÍA QUE ERA SU PERDICIÓN, PERO QUE HUYÓ COMO UN COBARDE CUANDO CAYÓ DE LA CUSPIDE DEL PODER Y LO IBAN A PROCESAR POR ASESINO Y CORRUPTO.

A UN BORGES QUE EN SU ALEPH SOSTIENE QUE TODOS LOS HECHOS QUE PUEDEN OCURRIRLE A UN HOMBRE, DESDE EL INSTANTE DE SU NACIMIENTO A SU MUERTE, HAN SIDO PREFIJADOS POR ÉL, ENTONCES LO VEO CONSOLADO POR NO HABER RECIBIDO CON JUSTICIA EL PREMIO NOBEL DE LITERATURA, PORQUE EL MISMO GENIO LITERARIO ELIGIÓ ESA DESDICHA.

A UN SENSACIONAL ESCRITOR COMO GARCIA MARQUEZ QUE CREIA QUE LA ÚNICA PRUEBA CONCRETA DE LA EXISTENCIA DEL HOMBRE ERA LA TRANSPARENTE POESIA, NUNCA RECONOCIÓ EN VIDA A SU HIJA INDIRA CATO.

O A UN HEMINGWAY QUE NOS PROPUSO EN SU VIEJO Y EL MAR QUE UN HOMBRE PUEDE SER DESTROZADO PERO NUNCA VENCIDO, DEJÓ DESTROZAR SU CRANEO POR UN BALAZO Y FUE VENCIDO POR EL ALCOHOL Y LA MUERTE POR SU PROPIA MANO.

PERSONAJES, ANGELES Y DEMONIOS, PERO SOBRE TODO HUMANOS DEMASIADO HUMANOS

LEYENDO EL LIBRO DE PAUL MIRANDE, HE SENTIDO DOLOR POR NUESTRA AMÉRICA Y QUIZAS ESE MISMO SENTIMIENTO DE BOCHORNO QUE SINTIÓ ESE MARX DE 25 AÑOS CUANDO VIO A PRUSIA HUNDIDA EN ÉL Y DE LA QUE DECÍA QUE SOLO PODRÍA REDIMIRLA LA VERGÜENZA, QUE SIN DUDA, ELLA ES TAMBIEN UNA REVOLUCIÓN, PORQUE COMO DIJO MANUEL RIVAS “LA VERGÜENZA ABRE PASO A LA ESPERANZA” Y LA ESPERANZA NO ESPERA, HAY QUE ARRANCARSELA DE MANOS DEL CONFORMISMO”.

EN LA MISMA COORDENADA ARGUMENTAL DE LA NOVELA PROTAGONISTA DE ESTA NOCHE, ME PREGUNTO Y ESPERO NOS PREGUNTEMOS TODOS, SI HABRÁ VALIDO LA PENA TANTAS LUCHAS, TANTA SANGRE, TANTA UTOPIA, TANTO DOLOR Y MUERTE, NO LO SÉ, QUIZAS PARA NADA, QUIZAS PARA ALGO, PERO ME SIGUE TALANDRANDO LA MENTE Y LA CONCIENCA LA FRASE DEL FANTASMA QUE HOY ES SALVADOR ALLENDE, AQUELLA DE QUE “VALE LA PENA MORIR POR AQUELLAS COSAS SIN LAS CUALES NO VALE LA PENA VIVIR”.

GRACIAS HERMANO PAUL, POR TU NOVELA O TUS NOVELAS, TAN HUMANAS, TAN SIMBÓLICAS, TAN ESPERANZADORAS.

FELIPE ALBORNOZ PEÑA





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