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Biografía

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Paul Mirande nació en mayo de 1958 en Anderlecht en los alrededores de Bruselas en la época de la primera exposición universal de posguerra. A sus seis años, es alumno de una escuela primaria flamenca en Molenbeek, también en los alrededores de Bruselas. A sus once años, sus padres querían mandarle a Irlanda del Norte para que aprenda inglés. Como al mismo momento estalló la guerra civil entre católicos y protestantes, fue obligado a trasladarse a la muy católica Dublin. Pierde la fe poco después de su confirmación.
En 1974 presencia en Washington la caída del presidente Nixon.
Como colegial contempla en 1975 el Muro de Berlin, que en la fecha parecía ser tan duradero que la Muralla de China. Un año más tarde, participe a un crucero con sus padres en la Volga.
En 1977 viaja alrededor del mundo con su padre. En esta vuelta, que durará apenas veintiún día, le llama sobretodo la atención la miseria humana.
En 1979, el año en el cual Bruselas festeja sus mil años de existencia, participa a una huelga de hambre – que durará diez días – poco antes del Te Deum por motivo de la fiesta nacional en la catedral San Miguel para protestar contra de la carrera armamentista.
Luego de sus estudios de derecho – cinco largos años entre códigos polvorientos – festeja en 1982 el carnaval en Rio y presencia en La Paz la entrega del poder de los militares a los civiles. En América Central, observa escuadrones de la muerte, teólogos de la liberación, refugiados de guerra, sandinistas y contras financiados por Washington.
De vuelta en su país, presta el juramento que, como abogado, no aconsejará ni defenderá « ninguna causa que no consideraré justa según mi leal saber y entender ». Mantiene esa promesa durante siete años.
Al mismo tiempo, de 1984 a 1989, es investigador en el Centro de Estudios de América Latina de la Universidad libre de Bruselas (ULB) donde se dedica principalmente al estudio de los conflictos armados en Guatemala y El Salvador y a las consecuencias de la dictadura militar en Chile.
Reclutado como consejero jurídico en el Instituto Real Meteorológico en la época de la tempestades de enero-febrero 1990 que asolaron la Europa occidental, constata la exactitud de este verso del Eclesiastés : ‘Quien vigila al viento no siembra; quien contempla las nubes no cosecha.’
En 1992, quinientos años después el supuesto descubrimiento de América, encuentra en los Andes ecuatorianos a María Carrasco, una creadora de joyas. Se casa un año más tarde y, en Año Nuevo de 1995, es padre de un varón, Paúl.

Desde junio 1996 – el mes y el año en los cuales se abolió la pena de muerte en Bélgica – hasta julio 2019, trabaja en la Cámara de Diputados belga como ‘escribano’, es decir que toma nota de las palabras fugaces de los que hacen las leyes igualmente fugaces. Es secretario principalmente de comisiones parlamentarias competentes para la movilidad, las telecomunicaciones y el código vial así de diversas comisiones investigando escándalos públicos.
Desde noviembre 2020 vive permanentemente en el Ecuador, en la ciudad de Cuenca, llamada también Santa Ana de los Cuatro Ríos.

 

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